sábado, 13 de enero de 2024

La Caja del Caos Capitulo 3

 


Capítulo 3- RECESO.


-A veces siento que la vida es un sueño, un largo y tedioso sueño del que no puedo despertar, que afortunados deben ser los que ya han escapado, por eso yo no puedo llorar por ellos.-



-Esta muerto- 

Sus sollozos angustiados eran bañados por la luz del sol, allí en un pequeño rincón, aferrado a su propio cuerpo, como si este fuera a desmoronarse, el miedo se deslizaba desde el interior de su cabeza hasta el ultimo centímetro de su ser y lo estremecía. Un contraste singular se alzaba frente a él, de pie bajo la sombra, el filo de la penumbra no lograba perturbar su semblante sereno y compuesto, observando a su contrario sin emitir juicio alguno. 

-Deja de llorar- Ordenó con un tono apático. 

-Pero nuestro compañero...-Intentó explicarse con dificultad, la voz quebrada y casi sin aire, pero fue interrumpido al instante. 

-Yo también lo vi, desde la ventana de la clase- Aclaró.

El alivio momentáneo fue cortado secamente tras la repentina partida de la muchacha. -¿Lili? ¿A donde vas?- Se incorporó lo mas rápido que pudo y le siguió a trompicones. 
Con insistencia buscaba respuestas en ella, pero no obtuvo mas que una mirada tajante, Lili lo increpó para que se mantuviera en silencio y no llamar la atención. Bajaron las escaleras y se dirigieron a la entrada, donde, para su sorpresa, el cuerpo de su compañero de clases ya no estaba. En su lugar solo quedaba la mancha rojiza, que comenzaba a ser absorbida por la tierra. Lili ojeó su alrededor buscando algo, aunque ni ella sabía muy bien qué. 

-¿Alguien se llevó el cuerpo de Marck?-

Por un momento había olvidado la compañía del pelirrojo, hasta que este se le acercó para poder hablarle en voz baja. Temblaba como un cervatillo recién nacido, resguardándose tras su espalda, podía sentir su calor demasiado cerca, incómodamente cerca. 

-¿De quien?- Cuestionó, apartándose de la asustadiza cría para remarcar cierta distancia. 

-Nuestro compañero de clase- Respondió confuso. La miraba directamente con esos grandes ojos ámbar, del mismo color que la miel, sin inmutarse por su rostro desfigurado. Su expresión le recordaba a la cercenada cabeza de un cordero. 

-Ah... Si, supongo- No era como si pudiera desaparecer. Tal vez quienes lo mataron habían regresado por el cuerpo. 

-¿Por qué?- Susurró Sun con una expresión de pena y consternación, observando el débil rastró de sangre que se desvanecía frente a sus ojos.

-¿"Por qué"? ¿Importa? ¿O siquiera se necesita un motivo para hacer algo así?- Las palabras de Lili eran desalmadas. Pero en la mente de Sun no cabía entendimiento alguno para el horrible acto injustificado que presenció, aunque buscarle sentido fuera inútil, lo necesitaba, no era algo que pudiera controlar. Lili estaba mas enfocada en su entorno, en calma pero siempre alerta, su prioridad era discernir donde se encontraba exactamente y, aun mas, como poder escapar de allí. 

Amagó en dirigirse al portón principal pero fue detenida inmediatamente por el pelirrojo. -Está cerrado- Tartamudeó -Marck intentó salir por ahí antes de que lo mataran- Lili observó el rostro nervioso del chico para luego regresar su mirada al portón, a través de los barrotes de fierro pintado de negro, del otro lado de la calle no consiguió vislumbrar persona alguna y el único sonido que se manifestaba era el barullo distante proveniente de la cafetería. -¿Deberíamos decirle a los demás?- Cuestionó Sun, talvez para distraerla de aquel peligroso deseo de acercarse a los limites del complejo. 

-Si quieres que mueran como ese chico- Respondió ella, ahora concentrada en el muro y sus alrededores. La consternación de Sun se hizo notar, envuelto en miedo y confusión. 
-¿Por qué dices eso?- Le volvió a temblar la voz. 

-Algo está mal con este lugar- Murmuró Lili para si misma. -¿Tienes tu celular?- Se giró de pronto para mirar a Sun, dejando las dudas de este sin resolver. 
-Creo que lo dejé en la clase- Se sobresaltó ante la tan directa pregunta y el brusco movimiento. 

-Necesito que...- Su petición fue interrumpida por el llamado de un tercero. 

-¡Sun!- Agitaba su palma a la distancia un chico de cabello café vestido con su mismo uniforme. 
-Es mi amigo Dess- Aclaró el pelirrojo ante la tensa postura de Lili. 
-Ve- Le ordenó ella con tono bajo. 
-Pero...- Sun dudó intercalando los ojos entre su amigo y la chica. 
-Actúa normal y no hables con nadie de lo que pasó, nos encontramos a la salida en el laboratorio de ciencias- Sun no tuvo tiempo de objetar, entre el insistente llamado de Dess y la inminente partida de Lili, solo le quedó regresar al complejo mientras la chica tomó dirección hacia la zona oeste del patio. 

-¿Que te tomó tanto tiempo? Me estaba aburriendo allá- Dess colocó su brazo sobre los hombros de Sun guiándolo al comedor donde los demás chicos los esperaban. 
-Lo siento- Fue lo único que logró decir con algo de timidez. 
-Tranquilo, no te preocupes, tu amigo te guardó una porción de papas fritas- Dess continuó con su alegre conversación, mientras por el rabillo del ojo Sun veía a Lili alejarse. Aun en una situación como esta, ella seguía prefiriendo estar sola. No tenía mas opción, mantener la calma, fingir normalidad, no decirle nada a nadie y esperar por la culminación de las clases. 

Su separación era inevitable, quizás la suerte o el puro azar así lo quiso, tal vez algo aun mas desconocido. Si hubieran permanecido juntos un poco mas habrían visto, merodeando entre los arbustos, al gato blanco.